El vampiro literario es un mito con un recorrido muy largo. Era ya milenario en las tradiciones populares cuando comenzó a dar sus primeros pasos por las páginas impresas. Como el ser sobrenatural que es, el vampiro se ha transformado una y otra vez. Ha conocido decadencias, solo para renovarse cuando ya todos le daban muerto como icono de la literatura de horror.
Los primeros no-muertos primigenios y espantosos evolucionaron, de la mano del mito de Drácula hacia los sangrientos aristócratas de la noche que dominaron el final del siglo XIX y buena parte del XX. Una imagen que acabó por decaer y convertirse casi en burlesca. Pero el mito no quedó ahí. Siguió su camino por la literatura a través de obras señeras. Y cada una le dio una cara diferente.
El presente volúmen nos presenta aquí toda una antología de relatos de vampiros donde el común denominador es la exploración de esos lados más numinosos del mito. El terror, la sangre, la oscuridad. Las características más primigenias del vampiro. Las que siempre le han acompañado, sea en primer plano o al fondo, casi desapercibidas. Así que, por tanto, sólo tienen que abrir estas páginas y adentrarse en el horror.